Como voyeur, presencié el placer de mi esposo con nuestra amiga, Lady Snow, de las maneras más íntimas.Desde el sexo oral hasta el anal, quedé prendada de su cruda pasión.Las profundas y satisfactorias embestidas de mi esposo no dejaban dudas de su compromiso.¿Era en verdad un cornudo?Quizás, pero me pareció emocionante.